martes, 28 de abril de 2015

OTOMIES


El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado laAltiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.[cita requerida] Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de HidalgoMéxico y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de PueblaPahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl









           

lunes, 27 de abril de 2015

FORMA DE GOBIERNO

Organización social
La familia nuclear formada por el padre, la madre y los hijos, constituye la unidad básica de las comunidades de este pueblo indígena. La autoridad principal está representada por el padre, quien, con la madre, educa, enseña y transmite las costumbres y hábitos culturales del grupo. Cada miembro de la familia tiene bien definido su trabajo. Los hombres cultivan la tierra, construyen y reparan la casa, cuidan el ganado y participan en el trabajo comunitario; las mujeres elaboran los alimentos, limpian la casa, lavan la ropa y crían los animales domésticos. En los tiempos de siembra y cosecha toda la familia participa en esas actividades.
Hoy día, aunque la elección de casarse es propia de la pareja, contraer matrimonio por lo civil y ante la Iglesia sigue siendo requisito fundamental para los otomíes. Otra relación muy respetada son los vínculos de compadrazgo, que surgen en el bautizo y se consideran como la vinculación simbólica más importante en este grupo indígena.
Las comunidades otomíes están divididas en cuarteles o barrios. En cada uno de éstos hay un representante, que es elegido por el delegado municipal y el pueblo. Este representante tiene la función de servir como intermediario entre su comunidad y los representantes del gobierno municipal. Los otomíes conservan la mayoría de los cargos religiosos tradicionales, como son los mayordomos y fiscales, aunque hoy día la elección es voluntaria. El trabajo comunitario, conocido como "faena", todavía perdura entre las comunidades de esta población indígena.
La organización política de los pueblos otomíes se centra en torno al ayuntamiento constitucional.

El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado laAltiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.[cita requerida] Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de HidalgoMéxico y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de PueblaPahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.





MITOS Y LEYENDAS

ADAPTACIÓN MARKO CASTILLO
Cuando los dioses, contentos de haber terminado, revisaron la creación, se dieron cuenta de que el sol no estaba bien, alumbraba poco y sus rayos no calentaban la tierra. Se reunieron para crear otro.
Tezcatlipoca Negro se ofreció a serlo. En la primera era fue el único en alumbrar y calentar la tierra. Quetzalcóatl sintió deseos de brillar. Tiró a Tezcatlipoca Negro al agua y se convirtió en el astro de la segunda era. Tezcatlipoca Negro vuelto tigre de un zarpazo pudo derribarlo y devoró a los gigantes que habían creado. Quetzalcóatl enojado soltó vientos y ciclones. Los hombres se asustaron, lamentaban no ser animales para huir al monte como ellos. Los dioses los transformaron en monos. Se sentaron a ver su creación, sin hombres.
Tláloc dijo que él sería el tercer sol. Pero como era dios de la lluvia, hizo caer fuego, los ríos eran llamas. La gente tuvo miedo y pidió ser pájaro para salvarse. Los dioses convirtieron a la gente en gaviotas zenzontles, águilas, búhos y en muchas otras aves.
Quetzalcóatl le propuso a Chalchiutlicue, diosa del agua, que ella fuera el cuarto sol. Aceptó sin resultado porque produjo lluvias e inundaciones. La gente aterrorizada pedía ser pez para protegerse. Llovió tanto que el cielo se cayó sobre la tierra y Quetzalcóatl y Tezcatlipoca Negro tuvieron que convertirse en árboles para levantarlo. Los dioses se pusieron tristes porque habían fallado en la creación del sol y habían acabado con la raza humana al transformarlos en peces


Los otomíes queretanos han convertido sus mitos en historia, dando por hecho todo lo contado, aunque documentos históricos que ellos mismos poseen contradicen el mito de la fundación de Mexquititla (comunidad otomí del municipio de Amealco, donde aún se cuentan las leyendas).

En esta obra editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el autor relaciona esta historia directamente con la fundación de Tenochtitlan, pues en ambos, un ser divino indica el lugar hacia donde deben peregrinar para establecerse definitivamente.
En el libro se explica cómo los dioses prehispánicos fueron expulsados de las creencias otomíes, debido a la apropiación de los mitos originales a favor de la evangelización. La imposición de la Iglesia católica –como lo llama Abramo- no logró su objetivo y tuvo que tolerar las antiguas creencias, los nombres de las deidades cambiaron por personajes de la religión europea, pero conservando las ideas precolombinas.
La recopilación incluye mitos de la creación del mundo, del Sol y la Luna, los ancestros, el acercamiento de los humanos con el maíz, la mujer y la serpiente, el zorrillo que quiso volar y el origen del pulque, entre los principales. Otras leyendas son de índole católica, que mencionan a Cristo en la lucha contra el demonio, y en otras se habla de la interacción entre humanos y animales. Todas las narraciones con sus respectivas versiones y análisis.
El autor describe Mexquititla; la forma de vida de los otomíes contemporáneos y el culto religioso de la zona. Además narra la fundación del lugar basándose en documentos históricos de 1540, reescritos en 1827, en posesión de este pueblo indígena, cuya copia se encuentra en el Archivo General de la Nación.
Se explica la importancia de analizar los mitos como parte del “universo simbólico de las sociedades”, que representa la búsqueda del autor por acercarse a la mitología de los otomíes contemporáneos de Querétaro. Y señala a la inversión simbólica como estrategia imaginaria social, donde cambian los roles de los personajes mitológicos.
Al entrar al mundo mítico otomí, resaltan ciertos “mitemas” o elementos que comparten sus historias, como la persecución, el castigo y la ayuda divina.
El título del libro, Las Patas Limpias, se refiere a una de las leyendas narradas por el autor: una cocolera (un ave) por detenerse a en un río para lavarse las patas antes de ir a la bienvenida que el cielo le organizó a Cristo por su resurrección, después de su muerte terrenal en la cruz, llegó tarde a la cita y se puso a llorar, razón por la que desde entonces canta tristemente.






ARTESANIAS

Artesanías
Desde 1970 se ha impulsado la producción de tapetes de lana, los cuales son fabricados especialmente por las mujeres otomíes del municipio de Temoaya. Los molcajetes y metates de piedra negra se elaboran en el municipio de Acambay, donde también se hacen bolsas de paja de trigo, sombreros de palma, canastas y sillas de tule. En algunas localidades de Toluca se hacen piezas de alfarería y ayates de fibra de maguey, mientras que en Otzolotepec se producen fajas, manteles y servilletas tejidas a mano. En Xonacatlán sobresalen los textiles elaborados en telares de cintura.

    En 1969, se fundó la Sociedad Cooperativa de Artesanos de Santiago de Temoaya, S.L.C. como una empresa privada que después pasó a manos del gobierno, hasta que en 1998 se volvió una cooperativa independiente. En 2007, la sociedad cooperativa se unió a la Federación Mexicana de Artesanos y hasta la fecha la cooperativa se rige fundamentalmente por personas de origen otomí, quienes no sólo difunden la técnica artesanal, si no que comparten valores, creencias y tradiciones                           -






TIPOS DE VIVIENDA

Vivienda
La vivienda original otomí ha cambiado constantemente. Los materiales tradicionales como el adobe, el tejamanil y la madera, han sido sustituidos por materiales más modernos. Actualmente las viviendas son de dos o tres cuartos, cocina y sala comedor; las paredes están construidas con tabique o tabicón, los techos son planos y de concreto y las puertas y ventanas son de fierro. La mayor parte de las viviendas cuenta con su cocina tradicional que conserva el "fogón" colocado en el suelo, que es un espacio pequeño en forma circular rodeado de cuatro o cinco piedras. La distribución del espacio en el cual están construidas las viviendas otomíes se divide en casa-habitación, cocina tradicional, patio, huerto familiar, granero o zincolote, donde se guarda el maíz, y corrales para animales de traspatio.

                  












LENGUA OTOMI

Lengua
La lengua otomí tiene variantes dialectales, las cuales están asociadas con los distintos lugares geográficos donde habita este grupo étnico. En general, estas diferencias se presentan en los niveles fonológico, fonético y sintáctico. La lengua otomí está considerada como una lengua tonal, lo cual hace que su escritura sea compleja. De acuerdo con la clasificación lingüística que se ha realizado sobre las lenguas indígenas, la familia otomangue se clasifica en mixteco, popoloca, chiapaneco-mangue, chinanteco, amuzgo y otopame. De este último, se desprende la rama otomí-pame, mientras que del otomí se derivan las siguientes lenguas: otomí, mazahua, matlatzinca y ocuilteca.
El idioma otomí es una lengua indígena de México, hablada por un grupo ampliamente conocido como otomí (los indígenas otomíes del Valle del Mezquital también la denominan hñähñú en su propia lengua). El otomí es una lengua mesoamericana y muestra varios de los rasgos característicos del área lingüística mesoamericana. Según la Ley de Derechos Lingüísticos de México, el otomí es reconocido como una lengua nacional, junto a otros sesenta y dos idiomas indígenas y el idioma español. De derecho, tiene la misma validez teórica en el país.1 Por su número de hablantes, el otomí es la séptima lengua indígena más hablada en México, después del náhuatl, el maya yucateco, el zapoteco, el mixteco, el tzotzil y eltzeltal; sin embargo, este dato es solamente indicativo, pues en realidad “idioma otomí” debe tomarse como “familia de lenguas otomíes”, ya que existen muchas variantes.
Lengua: otomí
Los otomíes son un pueblo indígena del centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado laAltiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana. Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayorparte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la poblaciónétnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000


Mujeres otomíes tenjiendo palmas











INFRAESTRUCTURA

Infraestructura
Por su ubicación geográfica, cercana a la capital del país, esta zona se ha visto favorecida con el mejoramiento y modernización de sus vías de comunicación y transporte. Al norte del estado destaca la carretera federal que parte del Distrito Federal y pasa por Toluca, con destino al estado de Querétaro; esta carretera atraviesa la región noroeste, en la que se asienta la mayor parte de la población otomí. El estado cuenta con vías férreas importantes, transportación terrestre diversa y un aeropuerto, que se ubica en la capital del estado.
En las cabeceras municipales hay servicio de energía eléctrica, casetas telefónicas, telegráficas y de correos, estaciones de radio, parques y centros deportivos. En las localidades donde habitan otomíes, los servicios públicos básicos como agua potable, energía eléctrica y drenaje son deficientes.
En cuanto a servicios educativos, algunas poblaciones indígenas cuentan con primaria y secundaria; para tener acceso a la educación media, los estudiantes se trasladan a las cabeceras municipales, y a la capital del estado, para el caso de la educación superior.
En esta región, diversas instituciones ofrecen servicios de atención a la salud, entre otras, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Este servicio se proporciona en las cabeceras municipales y sólo en algunas localidades rurales.
En los municipios mexiquenses de Acambay, Aculco, Chapa de Mota, Huixquilucan, Jiquipilco, Lerma, Morelos, Otzolotepec, Temoaya, Timilpan, Xonacatlán y Zinacantepec se concentran la mayor parte de los hablantes de otomí.
Una de las principales vías de comunicación es la Carretera Nacional 85 que va de la ciudad de México a Ciudad Victoria y a Nuevo Laredo, que comunica con El Arenal, Actopan, El Tephe, Ixmiquilpan, Tasquillo y Zimapán, Hidalgo.
Las comunidades del Valle del Mezquital tienen acceso a las carreteras federales libres, a la estatal de cuota y a la de terracería, aunque los poblados más lejanos utilizan veredas. En la comunidad de Panales hay una pista de aterrizaje para avionetas.
En el Valle se utilizan los sistemas de riego, de temporal y de aguas residuales. El distrito de desarrollo rural más grande es el 063, recibe un volumen aproximado de 1 800 000 m3 aguas residuales al año, y abarca una superficie total de 514 411 ha, de las cuales el 16.4% son tierras de riego; el 3.6% de temporal; el 48.9% son ganaderas y 3.1% forestales.
Las cabeceras municipales tienen servicio telefónico, telegráfico, correo, energía eléctrica, drenaje y escuelas de nivel preescolar, primaria, secundaria y media superior. Además, Ixmiquilpan recibe la señal de la radiodifusora de la Comisión Nacional Para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), antes Instituto Nacional Indigenista (INI), La Voz de la Huasteca, que transmite desde San Luis Potosí.
Entre los inmuebles públicos se pueden mencionar: la presidencia municipal, el hospital, la clínica de la Secretaría de Salud, iglesias, escuelas y albergues escolares.

LOCALIZACION

Localización
Apegándonos al criterio lingüístico, los otomíes habitan en 14 de los 121 municipios del Estado de México. En orden de importancia están Toluca, Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec, Chapa de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan, Xonacatlán, Timilpan y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones: la noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.
Las características del hábitat de los otomíes son variadas, pues cuenta con valles, bosques y montañas. La planicie más alta es el valle de Toluca, con una altura de 2 683 msnm; al noroeste se encuentran valles como Acambay, Tixmadejé, Plan de San Bartolo y El Pastor. La región es atravesada por el monte de las Cruces, la sierra del Monte Alto y Monte Bajo, así como la sierra de San Andrés Timilpan, y es irrigada por el río Lerma. Los climas predominantes en la región son el templado subhúmedo y frío, las lluvias se presentan en verano y las heladas en invierno.
El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana,cuyos antepasados han ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana. Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato alsureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro.
Centro de los Otomies. 

Motolinía, al relatar las versiones indígenas sobre el origen de los hombres, encontró que los otomíes descendían de Otómitl, el postrer hijo de la pareja primigenia que habitaba en las Siete Cuevas. En sus Memoriales escribió que los otomíes eran “…una de las mayores generaciones de la Nueva España. Todo lo alto de las montañas alrededor de México está lleno de ellos, e otros pueblos muchos todos son de otomíes; el riñón de ellos es Xilotepec, Tula y Otumba”. Torquemada, otro cronista novohispano, consideró que sólo las provincias de Xilotepec y Tula eran esa parte vital de la historia otomiana. Esta región está emplazada al septentrión de la Cuenca de México, des-pués de Cuautitlán; “comienza allí la gran-dísima provincia o reino de los otomíes, coge a Tepeji, Tula, Xilotepec, cabeza de este reino, Chapa, Xiquipilco, Atocpan y Querétaro, en cuyo medio de estos pueblos referidos hay otros innumerables, porque lo eran sus gentes y distintas de los mexicanos”, delimitó el mismo Torquemada en su obra Monarquía Indiana (vol. 1, p. 393). Desde el punto de vista tributario, en las últimas décadas del siglo xv era una unidad territorial formada por el mis-mo Jilotepec junto con Tlachco, Tzayamal-quipa, Michmaloya, Tepetitlan, Acaxochitla y Tecozautla, todos con el grado de pueblos. 
Los otomíes se asentaron desde la época prehispánica en la zona central de México. En la actualidad se ubican de manera mayoritaria en los estados de Hidalgo, México, Querétaro, Michoacán, Guanajuato, Tlaxcala, Veracruz y Puebla. 
Se los considera el pueblo nativo de las tierras altas de México. Según algunos estudios, se calcula que los Otomíes se asentaron en Mesoamérica desde el 8.000 a. C. justamente en la época en que comienza a extenderse entre las diferentes tribus la vida sedentaria. 
En cuanto a su lengua, sufrieron una gran fractura que dividió al grupo otomoanguenao en oriental y occidental. Entre estos últimos se encuentran dos ramas principales, la de los pueblos que hablan tlapaneco mangueada y los oto Pame a los cuales pertenecen los otomíes que se asentaron en el Altiplano Central de México. Dentro de esta misma rama se encuentran los mazahuas, tlahuicas, chichimecas jonaces y pames y matlatzincas. 
Esta característica de división dentro de la lengua otomí impide que ellos puedan comunicarse entre diferentes pueblos otomíes a pesar de pertenecer a la misma etnia ya que cada uno se expresa en su propio dialecto. 
Por este motivo existen diferentes términos para definir a los otomíes por ejemplo, dentro del valle Mezquital, ñatho en el Valle de Toluca, ñ’yuhu en la Sierra Norte de Puebla, ñañho en Santiago Mezquititlán. Todas estas son palabras con las que ellos mismos se denominan.

lunes, 20 de abril de 2015

EL PUEBLO OTOMI

Pueblo otomí


Para la lengua de este pueblo indígena mexicano, véase idioma otomí.
Origen del gentilicio otomí[editar]
Territorio étnico
Mapa de las naciones Chichimecas hacia 1550.
El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado laAltiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.[cita requerida] Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de HidalgoMéxico y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para comprender a quienes hablan otra lengua. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de PueblaPahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.3
Como ocurre con la mayor parte de los etnónimos empleados para referirse a los pueblos indígenas de México, el términootomí no es nativo del pueblo al que hace referencia. Otomí es un término de origen náhuatl que deriva de otómitl,4palabra que en la lengua de los antiguos mexicas quiere decir quien camina con flechas,5 aunque autores como Wigberto Jiménez Moreno lo hayan traducido como flechador de pájaros.
El territorio étnico6 de los otomíes ha sido históricamente el centro de México. Desde la época precolombina, los pueblos de habla otomangueana han habitado esa región y se les considera como pueblos nativos de las tierras altas mexicanas. De acuerdo con el cálculo de Duverger, es posible que los pueblos otomangueanos se hayan encontrado en Mesoamérica por lo menos desde el inicio del proceso de sedentarización, el cual tuvo lugar en el octavo milenio antes de la era cristiana.7 La ocupación otomangue del centro de México remite entonces al hecho de que las cadenas lingüísticas entre las lenguas otomangueanas se hallen más o menos intactas, de modo que los miembros lingüísticamente más cercanos de la familia se encuentre también próximos en el sentido espacial. La primera fractura del grupo otomangueano ocurrió al separarse las lenguas orientales de las lenguas occidentales. El brazo occidental está compuesto por dos grandes ramas: los pueblos de habla tlapaneco-mangueana y los de habla oto-pame. Entre estos últimos se encuentran los otomíes, asentados en el Altiplano Central mexicano junto con el resto de los pueblos que forman parte de la misma rama otomangueana —mazahuasmatlatzincastlahuicaschichimecas jonaces y pames—.8
Los otomíes en la actualidad ocupan un territorio fragmentado que se extiende por los estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Todos estos estados se encuentran en el corazón de la República Mexicana y concentran la mayor parte de la población del país. De acuerdo con los espacios con mayores concentraciones de población otomí, este pueblo puede agruparse en cuatro vertientes: el Valle del Mezquital, la Sierra Madre Oriental, el Semidesierto queretano y el norte del estado de México. Aislados de estos grandes grupos que concentran alrededor del 80% del total de miembros de este pueblo indígena se encuentran los otomíes de Zitácuaro(Michoacán), los de Tierra Blanca (Guanajuato) y los que aún quedan en Ixtenco (Tlaxcala). Por el territorio en el que se encuentran, los otomíes viven en una intensa relación con las grandes metrópolis como la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la ciudad de PueblaToluca y Santiago de Querétaro, sitios a donde muchos de ellos han tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades de trabajo.